Es la última ley de cooperación aprobada en Europa y se hace después de una pandemia, ante el desafío crucial del cambio climático y en mitad de una guerra en Ucrania que abren la pregunta y exigen respuestas sobre el que será nuestro orden económico e internacional en el futuro.
Se hace después de un largo proceso de consultas que deriva en un gran consenso con partidos, ONG y gobierno. Y después de que la cooperación internacional hubiera sufrido con el gobierno conservador anterior unos recortes del 70% que la dejó en los huesos.
Actualmente a la vanguardia internacional en la lucha feminista global y con una política exterior también feminista, España cuenta con una larga tradición de cooperación al desarrollo.
No era así hace unos años. En casi todas las organizaciones, se decía que priorizaban los derechos de las mujeres, en el mejor de los casos. Daba un poco de vértigo la palabra feminismo…
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