ONG: Cambiar para poder cambiar

"Porque las críticas ya no vienen de fuera, vienen de quienes la cooperación internacional pretende apoyar, de la misma sociedad civil del Sur global."

Por Asier Hernando Malax-Echevarria (Perú)

Desde que terminó sus estudios ha pasado su vida especialmente en América Latina desde hace casi dos décadas, aunque antes vivió también en Angola y Australia. Cuando comenzó en la cooperación le dijeron que tenía un perfil más político que técnico, así que, antes de asumir roles directivos en Oxfam, se dedicó al trabajo de campañas en América Latina, especialmente en el apoyo a los movimientos sociales. Siempre ha incentivado la colaboración y aprendizaje con Asia y África. Es fundador y director de The Sherwood Way.


Es un secreto a voces. Muchos de quienes dedicamos nuestra vida a trabajar en la cooperación vemos que, sin bien es ahora más necesaria que nunca, definitivamente tiene que transformarse para poder seguir contribuyendo a los enormes retos del contexto actual.  

La pandemia, el cambio climático y el debate sobre la descolonización han sido detonantes de unas reflexiones soterradas que se tienen desde hace años y que debemos abordar para evitar en el sector el síndrome de la rana hervida. Muchas ONG ya están siendo parte de esta transformación y debemos seguir su camino. 

Porque las críticas ya no vienen de fuera, vienen de quienes la cooperación internacional pretende apoyar, de la misma sociedad civil del Sur global. Reclaman un mayor compromiso con las causas más profundas de la pobreza y la desigualdad, dejar de sumarles una burocracia que los ahoga y, sobre todo, una mejor distribución del del poder dentro del sector.  

Es por esta razón que nace The Sherwood Way. Pretendemos contribuir a la transformación del sector de la cooperación internacional para adaptarse a los enormes desafíos del contexto actual. Es un espacio de reflexión, aprendizaje y colaboración para las ONG y organizaciones sociales donde podamos debatir, aprender, compartir y actuar. Será una iniciativa global, que sume voces de diferentes partes del mundo, donde esperamos pueda estar también la tuya.

Para nuestro estreno, como no podía ser de otra manera, comenzamos escuchando a algunas de las voces más respetadas a nivel global sobre este debate. Escriben desde la academia, los movimientos sociales, siendo parte de algunas de las ONG más grandes del mundo, y desde todos los contienes. 

Comparten todas ellas un mensaje común. “Hace dos décadas era evidente que había que cooperar para el desarrollo. Hoy no lo es, al menos no como actualmente se hace. Es así este un momento de cambio, duda e incertidumbre que no debe ser aprovechado por quienes consideran que hay que cancelar la cooperación”, nos señala Chema Vera.

En cuanto a cómo enfrentarlos, Amitabh Behar recomienda “una combinación de imaginación y regresar a los pilares fundacionales de las ONG. Visualizar el desarrollo en los tiempos actuales no como una intervención profesional y tecnocrática descontextualizada, sino como parte de la batalla socioeconómica y política más amplia para construir un futuro justo, equitativo y sostenible”. En estas batallas, las ONG deben solidarizarse y tomar partido por las comunidades más marginadas y desfavorecidas.

Son cuatro las áreas en las cuales nos proponen dar pasos firmes como sector. La primera es la necesidad de una mejor distribución del poder en la cooperación, muy conectado con la descolonización; La segunda, su desburocratización y dependencia de los donantes; el tercero, la introducción de principios feministas; y cuarta, su contribución a cambios más sistémicos y compromiso con las comunidades. 

Fatema Z. Sumar, anima al sector a “considerar sus operaciones internas, en un mundo donde las fronteras y límites son menos relevantes, las ONG pueden pensar de manera diferente sobre cómo operan, su tamaño e infraestructura física”. La tecnología permite soluciones estructurales más económicas que, a su vez, reducirían la dependencia de los donantes. Una reflexión más política y otra más operacional, deben ir sin duda de la mano. 

¿Y cómo pretendemos continuar? 

Cada mes, abordaremos una temática que será avisada previamente y sobre ella traeremos diferentes voces, herramientas, ejemplos y debates que nos ayuden a avanzar. Estas luego permanecerán abiertas para seguir profundizando y compartiendo conocimientos. La elección de la temática será del comité editorial, que la tomará en base a lo que ustedes les digan tiene mayor interés en su trabajo. 

También sabemos que no estamos descubriendo el agua tibia, nos sumamos a la reflexión que ya muchos están haciendo y de la cual nos inspiramos, en coordinadoras de ONG, universidades y dentro de las mismas organizaciones. Buscaremos alianzas de diferentes partes del mundo, traeremos muchas voces del sur y nos gusta a la cooperación que piensa y se alimenta de la academia, estaremos así cerca de ambas. 

Dos asuntos importantes más.

La primera, es este espacio también cabrá el sentido del humor. Sabemos que algunos piensan que cambiar el mundo es una cosa muy seria, a lo que se suma que tradicionalmente no es un sector que haya encajado muy bien las críticas. Les pedimos a ambos un poco de paciencia, pues habrá dosis de ambas. 

La segunda es sobre el nombre, The Sherwood Way. Sí, es el bosque de Robin Hood, quien quitaba el dinero a los ricos para dárselo a los pobres, porque la cooperación internacional consideramos debe abordar la desigualdad. Es a su vez un bosque en Inglaterra, para un proyecto que lo pensamos desde América Latina y África. La respuesta es que quisimos evitar nuevos paternalismos, el cambio en este caso debe darse en el norte, y es en Inglaterra donde comenzaron las primeras y más emblemáticas ONG y las que por ende deben hacer esta transformación. 

¡Sean bienvenidos a la banda de Sherwood!

Un comentario

  1. Como voluntario de una ONG tuve sólo la oportunidad de conocer un proyecto en que se llevaban cocinas de hierro forjado a comunidades rurales en la selva amazónica. Me pareció tan grande el absurdo que tu artículo, Asier, me confirma alguna sospecha.

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