Por Sérgio Calundungo (Angola)
Académico y activista angoleño con estudios en desarrollo y cooperación internacional. Sobre todo es africanista y desde allí le gusta hablar. Fundador del Observatorio Social de Angola, exdirector previamente de ADRA, una de las organizaciones sociales más grandes de su país. Es tan agudo como irreverente, con conocimiento profundo sobre el rol que deben jugar las ONG. Es parte del comité editorial.
Carlos Lopes, el economista guineano que desde 2018 es el Alto Representante de la Unión Africana para las negociaciones con Europa, en una de sus visitas a Luanda, por invitación de ADRA (Acção para o Desenvolvimento Rural e Ambiente) utilizó la metáfora de los Big Five, para caracterizar el comportamiento de los líderes africanos.
Hace más de veinte años que lo escuché hablar de los Big Five, desde entonces, siempre que puedo utilizo esta narrativa, lógicamente adaptada por mí, para describir la forma en que veo y siento el comportamiento de las distintas agencias de cooperación internacional. Esta narrativa la utilicé muchas veces y, por increíble que parezca, cada vez siento que se parece más a la realidad de los tiempos que vivimos.
Cualquiera que esté al tanto de la fauna africana, especialmente en la región sur de nuestro continente, donde se encuentra mi país (Angola) entre muchos otros, sabrá que entre los atractivos que pueden ver los turistas están los Big Five, es decir, los que son considerados los animales más grandes en muchos países de la región. De tal manera que la mejor forma que tengo de contar cómo veo la cooperación internacional es haciendo un paralelismo con estos.
Entre los cinco, en primer lugar, me gustaría destacar a los “elefantes”; En el mundo de la cooperación internacional tenemos muchos actores, reconocidos o no, que históricamente se comportaron y hoy se comportan como elefantes. En la narrativa de muchos pueblos africanos los elefantes representan fuerza, transmiten la idea de que hay que caminar despacio pero con paso firme, incluso hay personas que los asocian con la idea de calma, estabilidad y persistencia. Pero al igual que los elefantes, estos actores y agencias de cooperación tienen un gran problema, en un mundo que cambia a “velocidad de crucero”, son muy lentos. Incluso diría que son resistentes a los cambios, lo que termina comprometiendo la eficacia y eficiencia de la ayuda que se proponen brindar.
En contraposición a los actores y agencias que parecen elefantes, tenemos a las “jirafas”, animales elegantes, de vistosa altura. Haciendo un paralelismo con el mundo de la cooperación, son similares aquellas agencias y actores que han optado por adoptar o adoptan cada vez más un discurso moderno, nos presentan con nuevos enfoques de los desafíos de la cooperación internacional o en la vanguardia de todos los debates. Son estas instituciones “jirafas” las que pretenden trabajar única y exclusivamente con un “enfoque correcto”, “transversalidad de género”, ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio), ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), y toda la jerga muy moderna utilizada en cooperación internacional. Dan la idea de que son instituciones modernas, con un discurso bien elaborado, pero que al final, para las personas que deberían beneficiarse de su apoyo, no son más que instituciones vanas, y al igual que las jirafas y a diferencia de los elefantes, nunca tienen los pies la tierra. Siempre tienen la cabeza en el aire buscando nuevas teorías y visiones que no se ajustan a las realidades donde se desenvuelven.
“Las jirafas siempre tienen la cabeza en el aire buscando nuevas teorías y visiones que no se ajustan a las realidades donde se desenvuelven”
También tenemos agencias y actores que se comportan como “rinocerontes”. Estos animales, además de transmitir la idea de que son fuertes, defensores de lo suyo y de su territorio. También son muy corporativistas, reacios a formar alianzas, por muy estratégicas que sean; las instituciones que así se comportan son aquellas que, en definitiva, se preocupan única y exclusivamente de sus proyectos, de sus beneficiarios, de su público o de su territorio. Pues el resto poco importa si no forma parte de lo que consideran suyo.
Frente a instituciones que se comportan como rinocerontes, tenemos agencias de cooperación y actores cuyas actitudes, comportamientos y prácticas se asemejan a “búfalos”. Cualquiera que los conozca sabe que siempre están en manada, dando la idea de que siempre están unidos y que son un grupo cohesionado, pero sabemos que, ante cualquier peligro, la manada se dispersa fácilmente, cada uno intentando para huir a su lado. Son incapaces de luchar y resistir unidos, optando por una estrategia clara de “el que se salva a sí mismo”.
“El león es visto como un símbolo de valentía, coraje y audacia, e inspira respeto y miedo (…) pero hay narrativa alternativa sobre estos imponentes animales”
Por último tenemos a los “leones”, curiosamente un animal que goza de cierto prestigio y respeto en las narrativas occidentales. El león es visto como un símbolo de valentía, coraje y audacia, e inspira respeto y miedo, no es casualidad que sea un símbolo muy presente en instituciones, escudos, etc… Pero hay narrativa alternativa sobre estos imponentes animales, los leones son muy vagos. Solo salen a cazar cuando tienen hambre, se pasan el resto del día durmiendo a la sombra de un árbol frondoso… También además otro gran problema, no tienen perspectiva de género y es generalmente la leona la responsable de cazar y cuidar a los cachorros.
Entonces, después de todos estos años, esta es la imagen que tengo de muchos actores y agencias de cooperación internacional. Por supuesto, no es una visión cómoda para aquellas personas que, como yo, llevan años dedicados a este sector, pero nunca tuvieron el coraje de desarrollar un espíritu crítico en relación a las cosas que hicimos bien, las que hicimos mal y lo que se puede y debe mejorar. Pero esto no es lo que más me preocupa, sino lo que voy a decir a continuación: como en una reserva o parque natural, si queremos ver a estos animales, tendremos más probabilidad de encontrarlos si vamos a una hora determinada (¡siempre la misma independientemente del animal!), en un lugar determinado, que es a primera hora de la mañana, junto al río, donde normalmente van a beber agua y coger los primeros rayos del sol. Con los actores de la cooperación sucede lo mismo cuando presentan proyectos u oportunidades de financiamiento para sus acciones, excepto que hay un problema, ¡nunca o rara vez van juntos como un frente único!
Sin herir ningún sensibilidad, espero que me entiendan, como africano y angoleño, siempre me han fascinado las historias, y estas siempre han sido una poderosa herramienta pedagógica para transmitir conocimientos, espero que esta pequeña narración les transmita, en parte. , una de las tantas ideas que tengo en relación con el mundo de la cooperación internacional, un mundo que abracé desde pequeño, con el que me identifico, pero que no me impide ser crítico con sus contradicciones, que no son pocos. Sea bienvenida la plataforma The Sherwood Way.
___________________________