Pepa Martínez-Borso ha desarrollado toda su carrera profesional en el campo de la cooperación internacional. Trabajó con varias ONG españolas en los Balcanes y, posteriormente, estuvo 12 años en Oxfam. Allí, tras unos años en programas, pasó a trabajar en desarrollo organizativo, gestión de cambio y formación interna. Desde hace siete años trabaja como directora de aprendizaje en Open Society Foundations.
¿Cuáles son los retos actuales del sector de la cooperación?
El modelo clásico de cooperación, proyectista y basado en la ayuda, ese en el que muchas de nosotras empezamos nuestra andadura, ha quedado desfasado. No es el modelo adecuado para enfrentar muchos de los problemas actuales, y replica modelos de relación y de poder desiguales e injustos. Actualmente, muchos desafíos, aunque con efectos desiguales, son globales: la crisis climática, la creciente desigualdad, el cierre de los espacios de participación democrática, los efectos de una pandemia, así como el mapa de actores y relaciones ha cambiado completamente.
En este contexto el sector debe repensarse en todas sus facetas: su rol, los mecanismos de financiación, los valores y organización interna, las relaciones y alianzas, la manera en que se explica y comunica externamente, etc…
¿Cómo consideras que deben ser enfrentados?
Creo que muchas organizaciones ya están en ese momento de reflexión, haciendo e impulsando cambios. La reflexión y el dejarnos interpelar debe ser una constante, cuestionándonos como usamos y distribuimos el poder, tanto a lo interno como en nuestras relaciones con otros actores, especialmente con aquellos y aquellas a quienes tradicionalmente hemos colocado en el rol de receptores de la ayuda. Ha de ser un ejercicio honesto, valiente y con mucha escucha; el sector (y dentro de él cada una de nosotras) tiene mucho que aprender y desaprender.
Creo que también habría que reflexionar, cuestionar y cambiar mucho de los mecanismos de financiación tradicionales que perpetúan ese modelo de “ayuda” más tradicional y dejan poco espacio para encontrar nuevas maneras de hacer.