Amitabh Behar, Director Ejecutivo de Oxfam India, es un líder de la sociedad civil global y una autoridad en la lucha contra la desigualdad económica y de género, así como en la promoción de la participación ciudadana. El Sr. Behar fue Vicepresidente de la Junta Directiva de CIVICUS, una alianza global de organizaciones de la sociedad civil y activistas dedicada a fortalecer la acción ciudadana y la sociedad civil en todo el mundo. También forma parte de las juntas directivas de varias organizaciones, incluido el Centro para la Responsabilidad Presupuestaria y Gobernanza, un centro de estudios de políticas públicas en India.
Antes de Oxfam, el Sr. Behar fue Director Ejecutivo de la Fundación Nacional para India y se desempeñó como Coordinador de la Coalición Nacional de Observación Social y como Copresidente de la Llamada Global para la Acción contra la Pobreza, una red de más de 11,000 organizaciones de la sociedad civil.
¿Cuáles crees que son los desafíos actuales en el sector de la cooperación?
Las ONG internacionales enfrentan múltiples desafíos en la actualidad. Sin embargo, los desafíos más profundos se centran en cuestiones fundamentales de relevancia, credibilidad e impacto de las ONG internacionales.
Las ONG internacionales fueron una parte importante de la arquitectura de desarrollo posterior a la guerra y desempeñaron un papel aún más significativo después del colapso de la Unión Soviética. Proporcionaron una brújula moral normativa para el desarrollo internacional junto con las posibilidades reales de llegar a la última persona y el último tramo del (sub)desarrollo.
Estos roles están en desorden. Ha surgido una imagen confusa en la que las ONG internacionales no han podido mantenerse al ritmo de los cambios, mientras experimentan cambios en su propia forma de funcionar. Las ONG internacionales han comprometido la defensa de la brújula moral normativa al perseguir la escala y el tamaño; al replicar las estructuras de poder existentes del orden económico y político desigual e injusto; al desarrollar retórica vacía en torno a cuestiones profundamente políticas como la raza, la descolonización y el capitalismo neoliberal; al no garantizar la entrega hasta el último tramo y en cambio han desarrollado su propia burocracia; y al no desafiar sinceramente el poder para responsabilizarlo y democratizarlo desde la perspectiva de los más excluidos y marginados.
¿Cómo consideras que deberían enfrentarse?
Se necesita una combinación de nueva imaginación y volver a lo básico. Esta nueva imaginación debe visualizar el desarrollo en la actualidad no como una intervención profesional y tecnocrática descontextualizada, sino como parte de la batalla socioeconómica y política más amplia para construir un futuro justo, igualitario y sostenible. En estas batallas, las ONG internacionales deben solidarizarse y tomar partido por las comunidades más marginadas y desempoderadas. En cuanto a volver a lo básico, las ONG internacionales necesitan reconocer nuevamente que la agencia reside en las personas y que no pueden sustituirlas hablando por ellas o representándolas; renunciar al papel de ser un «intermediario» honesto y, en cambio, centrarse en fortalecer el poder de las personas; enfocarse en organizar y movilizar a las personas y no dejarse arrastrar por los pasillos del poder en nombre de la defensa y la negociación en favor de los pobres y marginados; no desarrollar estructuras corporativas y formas de trabajo de manera acrítica que estén diseñadas principalmente para maximizar ganancias, en detrimento de un enfoque centrado en las personas; y simplemente cumplir con los valores que guían a las ONG internacionales.
