Dedicado a la cooperación internacional por más de 30 años. Ha sido director de Oxfam Intermón y director ejecutivo de Oxfam Internacional. Previamente, trabajó en la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y fue director de campañas y estudios en Oxfam Intermón recibiendo un reconocimiento global por su contribución. Ha sido profesor visitante en las Universidades de Georgetown y Loyola Andalucía. Licenciado en Química Industrial y Máster en Cooperación Internacional. Actualmente es director ejecutivo de Unicef España.
¿Cuáles son los retos actuales del sector de la cooperación?
Creo que el reto central es la «licencia para operar» que se vincula con su propio sentido misional. Hace dos décadas era evidente que había que cooperar para el desarrollo. Hoy no lo es, al menos no lo es como es y se hace. Este momento de cambio, duda e incertidumbre es aprovechado por quienes consideran que hay que cancelar la cooperación, silenciarla y hasta echarla de sus países por ser testigos. La ola de autoritarismo es el mayor desafío.
Luego están la descolonización, y todo lo que implica, los riesgos que supone de desconexión con «base social e institucional en el Norte global». La necesidad imperiosa de lograr y mostrar impactos a escala, y la poli-crisis que coloca demandas imposibles en frente de un sector fragilizado y dudoso de sí mismo.
¿Cómo consideras que deben ser enfrentados?
Como siempre se hizo: con determinación, valentía e inteligencia, a pesar de los riesgos e incertidumbres. Como de hecho creo que se está haciendo en muchos lugares y organizaciones. Y sin aversión al riesgo (aunque sin exagerar…), de transformarnos y ceder poder en el sector hacia otros lugares, no solo al Sur también al interior de las organizaciones.